Se propone sufragar metódicamente antes de emitir su voto, o las sorpresas desatarán líos como los mata-perros, viajeras conchudas, lava-pies, roba-luz...
Por Fidel Ríos Gonzáles
Abril recicla lo más hediondo de los dos últimos años en el país. Si 2008 nos presentó el escándalo de los petroaudios, una encuesta de 2009 arrojó que un poco más de 7 % de la población repudia, por unanimidad y sin aires de reconciliación, al paupérrimo Poder Legislativo.
Rehahíla de temer. A un año de las elecciones presidenciales, les presento un analisis detallado de algunos personajes oscuros, apadrinados trabajadores o pirañas en busca de carne, al que tanto les encanta sonreír o donar alimentos de primera necesidad por un mal ganado escaño. Señores, prevenir en vez de lamentar.
La parlamentaria humalista Elsa Malpartida hace unos meses se vio presa de su mentira tras reconocer que perteneció a las huestes del hoy prófugo camarada ‘Artemio’. Ella postuló en 2006 gracias a la llamada ley de arrepentimiento -ofrecida por ese entonces- dada en 1994, la cual permitía a miembros de Sendero Luminoso dar información confidencial a cambio de no pisar prisión.
Era 1989 cuando fungía de colaboradora subalterna del citado mando terrorista. Cuando todo salió a flote, mediante una exhaustiva investigación realizada por el diario El Comercio, alegó haber pertenecido a SL por temor a ser victimada.
Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), fueron más de 30 mil las muertes perpetradas por este grupo subversivo liderado por el genocida Abimael Guzmán, preso desde 1992 junto a su amante Elena Yparraguirre.
Nancy Obregón, del mismo partido político, estuvo en el ojo público en un escándalo por narcotráfico. La policía constató que la madre de ésta y su todavía esposo habían establecido una red de distribución de droga en la selva peruana.
Obregón en la actualidad está excluida de su bancada debido a la investigación ad-hoc que se le sigue por el presunto delito de narcotráfico. No por el contrario, de sus facultades como legisladora.
Sin salir del asombro. Hace unos días un reportaje de Panorama daba vistos sobre un trabajador del congreso cuya labor consistía en brindar protección a Ollanta Humala en sus diferentes campañas proselitistas, cuando en principio debía permanecer en el hemiciclo.
De acuerdo a la vocera nacionalista, Marisol Espinoza, éste servidor del Estado sólo lo acompaño en su jornada de descanso. Sin embargo, tal reportaje evidenció algunas instantáneas que demostrarían lo contrario. Espinoza deslindó responsabilidad sobre un tema con precedentes en la desaforada legisladora Elsa Canchaya (Unidad Nacional) y Tula Benites, del Apra.
¿Y el Apra? Bien gracias
Sigue su curso. Este año no sólo sigue la investigación contra la empresa Business Track (BTR), cuyo chuponeo telefónico permitió la captura de Rómulo León y Alberto Quimper, dos personajes que efectuaron lobbies con el empresario dominicano Fortunato Canaán, para la concesión de cinco lotes petroleros a su favor.
Precisamente Giselle Giannotti, ex analista de BTR, es juiciosamente investigada por vender presuntamente los petroaudios, los cuales originaron sospechosamente la renuncia del Gabinete de Del Castillo. El presidente García no dudo en apoyarlo, sin embargo, a consecuencia del presunto robo de los audios a juicio de Giannotti, fue tajante: 'no pongo las manos al fuego por nadie'.
Ella conocía la existencia de varios diálogos telefónicos del tío George y el ex ministro de Salud, Hernán Garrido Lecca, entre otros.
Incluso las cabezas del Ministerio Público y el Poder Judicial han mantenido duras discrepancias frente a la investigación que los fiscales han cubierto sobre los jueces. Mientras que Villa Stein, presidente del Poder Judicial, desmintió una mano negra en la supuesta pérdida o manipulación de pruebas, la Fiscal de la Nación, Gladys Echays, declaró que seguirán al corriente del más espinoso negociado de corrupción del momento.
Antes de caer en el lodo y embarrarnos de éstas excretas humanas instaladas, contrariamente a las aspiraciones de un país en desarrollo, la frase célebre del escritor irlandés George Bernand Shaw: 'La política es el paraíso de los charlatanes', calzaría a dedo con nuestra triste realidad.
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