Alva Castro, fírmame un papelito...
Por: Fidel Ríos G.
El congreso en su peor expresión. Ni bien te dan la espalda, entre mataperros, robaterrenos, robaluz, además de viajeras conchudas -y sólo por nombrar algunos-, las sorpresas aumentan como dejar en libertad a José Enrique Crousillat. Ahora, el ciclón de desvergonzados partió del titular del parlamento, el aprista Luis Alva Castro, cuyo simpático gusto al parecer por la folclórica Fabiola de la Cuba, le hizo desembolsar de las arcas del Estado la ínfima cifra de 15 mil dólares.
Bien que mal. Este bolo bien utilizado hubiera servido para aplacar la ausencia de proyectos de integración en las comunidades menos favorecidas o crear mecanismos de participación con otras agrupaciones políticas, que disipan con demagogia barata en vez de concertar.
El reporte del diario Perú 21 muestra este nuevo escándalo, en el que Alva Castro subvenciona dos conciertos de la citada cantante, en Trujillo y Chiclayo, pero con la sorpresa de consignarlo a nombre del Congreso. Es decir, dio pie a la solicitud obviando su discusión en la mesa directiva que determina dónde ira a parar el dinero del Fisco.
Con ello, y frente al cuestionado reparto del presupuesto 2010, especialmente para los gobiernos locales -los cuales fueron los menos agraciados-, Alva Castro, cual Al capone lorcho, abrió aún más la olla de cangrejos, camarones y conchudos para poner su punto de sal, aunque se paso, y mucho. Y lo hizo respondiendo con una carta notarial a Fritz Du Bois, director del mencionado rotativo, alegando que presentó sus motivos al encargado del congreso. Además de desestimar el destape. Ósea, se lavo las manos como Pilatos y esgrimió una defensa creíble para los imbéciles.
Sin embargo, el hecho no viene de esto, sino de la interrogante que ha generado en la ciudadanía, congresistas que quieren lavarse el rostro y uno que otro pelagato, quienes no entienden cómo es posible que el presidente del Congreso tenga la libertad absoluta de impedir o no un evento. ¿Acaso cree que el parlamento es su Banco Central de Reserva, o en todo caso su colchón? En el supuesto: Alva Castro, si no tendría una prima para comprarse una casa frente al mar, le sería sencillo echar mano a la plata de los peruanos, pero claro, luego no pasa nada porque alegaría le descuenten.
Parece que los apristas, en vez de dar el ejemplo, desestiman el pedido de su líder García al uso del modelo de austeridad -sin avión parrandero, ¿o no Toledo?-, escupen bien alto puesto que supuestamente se olvidaron de la hiperinflación que corroía por el 85’ y se dedican a extraños vínculos con una universidad de alas grandes, pues por lo visto vuelan alto. Fuera de los nexos con el Poder Judicial y altos mandos de las Fuerzas Armadas.
Según la revista Caretas, un grupo de apristas, no identificados, viajó a Grecia para participar en el XXIII Congreso de la Internacional Socialista, a la cual el Apra pertenece, entonces de qué estamos hablando. Por el momento me dedicaré a evaluar con minuciosidad a mi cuestionado homónimo Fidel Ramírez Prado, rector de Alas Peruanas, pues el asco es mutuo.
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